lunes, 26 de mayo de 2014

Arquitectura perdida

La conservación del patrimonio arquitectónico no goza del respeto debido por parte de las Administraciones Públicas, que nos ofrecen numerosos ejemplos de su desdén y política a favor de otros intereses muy cuestionables. Uno de los últimos ejemplos más llamativos en nuestra ciudad de Madrid, fue el derribo parcial del cuartel Muñoz Grandes, edificio catalogado y protegido situado en la carretera de Extremadura.




El Cuartel Muñoz Grandes parcialmente derribado. Distrito de Latina.
Fotografía: Asociación MCYP.
 
Muchos de nosotros podemos recordar otros ejemplos, como el edificio conocido como “La pagoda” del arquitecto Fisac, que se situaba junto a la autovía A-2 a la salida de la capital, o la cárcel de Carabanchel.


Quiero recordar otro ejemplo, se trata de la desaparecida antigua Junta Municipal del Distrito de Latina, situada en la calle Romero Basart. El autor, José María Sánchez Molledo recoge la historia de los barrios del distrito en el siguiente libro de la serie Distritos de Madrid, en el que aparece el singular edificio en la portada:


 


 Portada de la serie Distritos de Madrid dedicada al distrito de Latina con la antigua Junta Municipal.


La crisis económica y “política” de estos últimos años ha supuesto un cambio en el pensamiento y la actuación de la ciudadanía hacia posiciones más críticas y activas. Afortunadamente, los ciudadanos están más convencidos de que deben mantener una continua defensa de sus derechos porque dejando que la Política actúe siempre por ellos no verán cumplidos sus intereses o simplemente el suficiente respeto hacia la conservación y el desarrollo de su Patrimonio y Cultura.


Por eso contamos con asociaciones ciudadanas en defensa del patrimonio arquitectónico, cultural y natural como:


Asociacion con sede en la Escuela Técnica de Arquitectura del UPM.

Madrid Ciudadanía y Patrimonio. http://madridciudadaniaypatrimonio.org/
Asociación en defensa de patrimonio arquitectónico y natural de la Comunidad de Madrid.

viernes, 6 de abril de 2012

Las estaciones clásicas (Norte, Atocha, Delicias)


Aspecto de la calle Méndez Álvaro donde se observa como una larga zapata de hormigón con contrafuertes metálicos (para evitar la caída del muro original) ocupa más de media acera desde la construcción de la nueva terminal del AVE. ¿Cuantos años más seguirá ahí la chapuza?



Estación de Delicias. Oculta y desconocida.


La observación de estos representativos lugares dentro del paisaje urbano de Madrid puede ser un ejercicio de reflexión sobre el tratamiento y la conservación del patrimonio histórico desde el punto de vista urbanístico.

Las tres grandes estaciones clásicas de ferrocarril de Madrid cuentan con elementos arquitectónicos representativos de finales del siglo XIX (Delicias 1880, Norte 1882, Atocha 1892). Los más llamativos se corresponden con los grandes espacios centrales para la recepción de viajeros y sus imponentes fachadas. Fueron construidas en el periodo de la revolución industrial usando novedosas técnicas arquitectónicas basadas en el uso del hierro como elemento estructural combinado con otros materiales como piedra natural, ladrillo y vidrio. Son joyas arquitectónicas que han sido conservadas y declaradas como monumentos histórico-artísticos. Sin embargo actualmente se ven empobrecidas y desvirtuadas por diversos factores, como la especulación del suelo, la ignorancia sobre el patrimonio cultural, su desacertada o ausente valoración, y la falta de proyectos y apoyo a la cultura.

Para empezar, delante de ninguna de las tres grandes fachadas de estas estaciones existe un espacio digno que permita integrarlas en su justa medida en el ambiente urbano y disfrutar de ellas. Esos espacios han sido anulados y las estaciones han quedado mutiladas en su percepción, sin poder verlas ni contemplarlas desde la perspectiva de la relación entre el ciudadano y el elemento arquitectónico a su servicio. Todas han sido ocultadas y desvirtuadas, sus líneas están desfiguradas y resulta difícil reconocerlas en el paisaje urbano por cualquier peatón. Pero, ¿y si miramos dentro?:

Atocha. Se utiliza como parque cubierto con especies tropicales. Vale, una idea muy original, pasear en invierno entre palmeras y nenúfares; pero usar para ello el espacio de la estación histórica me parece una frivolidad que demuestra la falta de ideas o la poca voluntad de desarrollar otro tipo de proyectos. La última y reciente transformación ha sido la construcción de nuevos andenes para la llegada de viajeros del AVE, que ha causado graves efectos, entre los que destaca una gran rampa lateral para el acceso de taxis.

Norte. Por sorprendente que parezca el suelo de la estación ha desaparecido, y ya no se podrá tener la sensación de entrar por su puerta principal y pasear a nivel de la calle por todo el recinto. Para ello tendremos que usar corredores y pasarelas, y si miramos al precipicio, 25 metros más abajo, vemos la razón,  los andenes de la estación de metro de Príncipe Pío. Un nivel por debajo una línea de Cercanías atraviesa el vacío gracias a una pasarela metálica. La nave principal sirve para cubrir un centro comercial de tres plantas. También se construyó un gran edificio adosado para multicines. Una vez más, las nuevas actuaciones arrasan con la integridad y singularidad de los elementos con valor histórico en lugar de conservarlos.

Delicias. El único servicio de viajeros que presta es el Tren de la Fresa, estupenda iniciativa turística y cultural. Quizá por su menor tamaño no ha sido transformada  y acoge el museo del Ferrocarril, algo positivo al fin, aunque parte también se utiliza como oficinas. Y en una de las naves laterales se encuentra el Museo Nacional de Ciencia Y Tecnología, esto es menos serio, en el sentido de que la ciencia española queda relegada a un pequeño espacio en una antigua estación escondida. Hace unos años una nueva estación para el Cercanías se construyó a unos cien metros como un elemento totalmente aparte, con líneas simples y funcionales, un objeto extraño en el barrio. Ahora que se plantea construir un barrio entero de casinos y salas de fiesta en los alrededores de Madrid, cuyo valor sería bastante vacío, tengo que decir que más valdría haber protegido el barrio de Arganzuela como barrio histórico industrial. Ese barrio podría haber sido un parque histórico tecnológico en el que se conservara y desarrollara el conocimiento de una de las pocas industrias españolas con cierta relevancia técnica internacional, y que sin embargo no se ha sabido utilizar eficazmente en el desarrollo económico del país. El paisaje de este barrio industrial era único en la ciudad, y representativo del Madrid de principio de siglo XX, pero se ha ido derribando poco a poco, rapiñando espacio para la nueva construcción de viviendas y oficinas de manera desordenada y sin sentido. Por ejemplo los magníficos edificios de ladrillo de la compañía CLH fueron derribados recientemente para la construcción del recién terminado modernísimo edificio acristalado de oficinas de REPSOL.

martes, 10 de enero de 2012

La reconversión del sector

En esta nueva entrada del blog presento un extracto del resumen ejecutivo del informe “Cambio Global España 2020/2050. Sector Edificación. La imprescindible reconversión del sector frente al reto de la sostenibilidad”.

Aparecen conceptos como habitabilidad, reconversión, revitalización y sostenibilidad. El bloque V de este informe titulado “Tribunas de Opinión”, recoge seis exposiciones o artículos de reflexión de profesionales del sector. Y el bloque VI reúne datos estadísticos.

Este informe forma parte del Programa Cambio Global España 2020/50 del Centro Complutense de Estudios e Información Medioambiental de la Fundación General de la Universidad Complutense de Madrid.

Disponible en versión electrónica en:


El sector de la construcción ha sido un sector determinante en el modelo económico y en el desarrollo de la sociedad española durante decenios. El crecimiento del sector se aceleró en los últimos tiempos, produciendo en menos de veinte años –desde 1990 a 2007– una tercera parte de la superficie construida hasta hoy en España. Un crecimiento que, como ya había sucedido en ocasiones anteriores, estaba alimentado en su última etapa por procesos especulativos que alejaban al sector de su función social y que, finalmente, han producido el estallido de una burbuja financiera que ha sumido al sector en una profunda crisis  cuya superación se caracteriza por tener que hacer frente a un escenario con unas características propias muy determinantes y singulares, y que demanda una fuerte reconversión del sector de la construcción.

El continuo aumento de la demanda de vivienda en el pasado ha generado un sector de la edificación orientado, de forma prácticamente exclusiva, hacia la nueva construcción, hacia la obra nueva. Empresas, técnicos, industrias, marcos legales y normativos, acción de las administraciones, urbanismo, etc., todo se orientó hacia la nueva construcción, dejando el mantenimiento y la rehabilitación como actividades marginales, subsidiarias en todo caso de la nueva construcción, y dependientes de ella en cuanto a materiales, tecnologías, normativas, empresas, etc. Pero la reducción de la demanda pone en tela de juicio la futura viabilidad de un sector de la construcción organizado sobre las mismas bases productivas que lo han mantenido en el pasado, de un sector de la edificación dedicado a la obra nueva. Una actividad, por otra parte, inconsciente de su impacto ambiental, del consumo de recursos que produce y de las emisiones de residuos que genera el ciclo de vida de los edificios, tanto en los procesos de fabricación de los materiales que los constituyen, como en su construcción, durante su uso y en su posterior demolición. Y la restricción social a la emisividad de nuestro sistema productivo, es justamente la segunda característica que define el nuevo entorno al que va a tener que hacer frente el sector en su salida de la actual crisis. La exigencia de la progresiva limitación de la emisividad no sólo implicará transformaciones en los procesos de producción, sino también al modo en el cual se definen y se satisfacen las necesidades sociales, al tipo de utilidades que deben generarse y a su expresión social. Introducir la sostenibilidad en un determinado sector productivo quiere decir, en consecuencia, definirlo desde las necesidades sociales que satisfacen las utilidades que produce, definir su función social, y considerar que esa funcionalidad es, también, objeto de reconsideración desde la sostenibilidad.

En la actualidad, el producto del sector de la construcción es el edificio, un conjunto constituido por la organización de una gran diversidad de materiales que, a su vez, son también el producto de actividades de diversas industrias. Los procesos productivos de estas industrias generan emisiones de residuos que generan impactos ambientales, así como los procesos de construcción de los edificios, pero el impacto del sector de la edificación no finaliza ahí, puesto que su utilización de los edificios producidos generará durante mucho tiempo el uso de recursos y la consiguiente generación de residuos en considerables magnitudes. Aunque el sector finaliza su actividad productiva con la entrega del edificio a los usuarios, el impacto que genera se extiende mientras se utiliza, con lo que el impacto ambiental debe estar ligado a la producción y uso del edificio, debe estar ligado a la necesidad social que los edificios satisfacen, y que no es otra que la habitabilidad, que el establecimiento de las condiciones socialmente aceptables para acoger las actividades sociales.

Así, el sector de la edificación debe ser redefinido y abordado –desde el análisis de su sostenibilidad– como el conjunto de las actividades destinadas a producir y mantener la habitabilidad necesaria para acoger las actividades sociales.


martes, 22 de noviembre de 2011

Tecnología y edificación


Hasta hace menos de cinco años, quizá justo antes de la puesta en vigor del Código Técnico de la Edificación, se han construido en Madrid bloques de viviendas con pocas diferencias a los construidos a finales de los sesenta. Es decir, que en cuarenta años, los edificios dedicados a la vivienda urbana aunque hayan ido aumentado de precio, su avance, desarrollo y mejora en cuanto a aspectos tecnológicos e innovadores ha sido casi inexistente. Las mejoras se han limitado al uso de nuevos materiales, o la inclusión de elementos básicos por seguridad. Ahora gracias al estallido de la burbuja inmobiliaria se ha ralentizado su construcción, menos mal. Las constructoras no han invertido en investigación en el campo de la vivienda y todas las incorporaciones actuales vienen dadas por obligación, por ley, y gracias a tecnologías externas que ni siquiera son capaces de integrar aún de manera satisfactoria en los edificios. Los compradores de un piso a un precio que muchos no han podido adquirir (y otros no han querido, sería comprensible), aún tuvieron que pagar por un sistema de aire acondicionado de marca extranjera para “decorar” la fachada de su nuevo piso. Un remedio nada estético y sobre todo poco eficiente. Este es el paisaje de la España “moderna” de principio de siglo, la que se ha “desarrollado” ladrillo a ladrillo.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Cultura Arquitectónica

Reforma en el marco de un portal hecha con un enlosado que borra el diseño clásico original. Distrito de Arganzuela.

El Plan General de Ordenación Urbana contempla varios niveles de protección para los edificios. El de menor protección es el nivel 3. El artículo 4.3.4 apartado 3 dice:
“Edificios con nivel 3 de protección: En este caso la protección no se extiende a la totalidad del edificio, sino solo a determinados valores. Se dividen en dos grados:
a) Parcial: Que protege aquellos elementos del edificio que lo caracterizan y sirven de referencia para comprender su época, estilo y función.
b) Ambiental: Cuando se protegen los valores de la fachada de un edificio por su integración en el ambiente de la ciudad, como elemento que contribuye a la comprensión global del paisaje urbano, pero no precisa necesariamente el mantenimiento físico de la misma”

El Catálogo General de Edificios Protegidos recoge el listado de edificios con expresión de su dirección postal, nivel y grado de protección y número de catálogo.

Quiero fijarme en un hecho que también afecta a cualquier edificio anterior a los años sesenta del pasado siglo. Me refiero a la reforma o adorno de fachadas o portales, el caso más grave tiene que ver con los locales comerciales. Numerosas veces esa actuación ignora completamente la línea arquitectónica original del edificio. El resultado es un añadido ajeno a la imagen del resto del edificio, el cual queda desvirtuado. Con frecuencia se recurre a losetas de piedra natural para revestir el marco de un portal o una fachada, con la complacencia y satisfacción de los inquilinos por la nueva “elegante” imagen, comentando: “¡Qué bien ha quedado el portal!”. Cuando lo que se ha hecho es destrozar la imagen general de la fachada y del edificio. ¿Por qué tan estrecho punto de vista? Quizá por falta de cultura arquitectónica, falta de oferta de servicios profesionales competentes o falta de información. En el caso de los comercios está más claro.

No sería de extrañar que una ausencia de cultura permita a los actuales cargos municipales actuar de manera que cualquier rehabilitación se convierta en una superficie lisa de granito, sin coherencia histórica, sin adorno y sin apenas vegetación. Interminables metros cuadrados de granito que se extienden por plazas y espacios abiertos. Metros cuadrados y también cúbicos, porque hasta los bancos aparecen como monolitos de granito, perfectamente prismáticos. ¡Qué diáfano y moderno! Y qué desperdicio para esta noble piedra natural a la que tanto debe Madrid.

El la web http://www.monumentamadrid.es se pueden consultar los edificios históricos de la capital.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

¿Tirar o rehabilitar?


Estado de abandono del Frontón Beti-Jai. Distrito de Chamberí.
(Foto cortesía de la Plataforma "Salvemos el Frontón Beti-Jai de Madrid".

Me pregunto si realmente se realiza esta valoración a la hora de tirar un edificio o construcción. Y si se hace, ¿se tienen en cuenta los criterios adecuados? En muchas ocasiones el único criterio es el económico. A causa de ello han desaparecido para siempre elementos que han formado parte del patrimonio arquitectónico madrileño. En el mejor de los casos se salva parte o se traslada a otra ubicación, como restos desconexos y faltos de valor cuyo único sentido es ser testigos de su auténtico pasado.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Puede hacerse bien y sin derroche


Fachada característica de los antiguos edificios de la calle Tomás Bretón. Distrito de Arganzuela.



Edificio de nueva construcción que reproduce las líneas arquitectónicas y los elementos de sus vecinos de calle.

Cuando un edificio desaparece porque ha sido demolido y deja un espacio que será ocupado por otro nuevo, caben varias posibilidades dependiendo de las condiciones originales y las que llevaron a la demolición. Una posibilidad que puede parecer lógica pero poco contemplada sería rehacer el edificio tan como era o de una forma aproximada. Otra sería construir un edificio con algunas características similares, y la última hacer algo diferente. Las causas y criterios de elección son variados, pero lo ideal sería no excluir los criterios paisajísticos, artísticos e históricos para evitar impactos excesivos o pérdida de patrimonio arquitectónico.  Lástima que aún la consideración de esos criterios no es obligatoria. Aunque lo fuera, siempre habría margen para adoptar posibilidades de diferente coste. Además éste no es el factor determinante, ya que con frecuencia se elige una opción cara y poco integrada en el paisaje.